Dejad dormir al amor
Pájaro herido de mi propia sangre
Alas , espinas de mi horizonte gris
Desplegaste tu dolor como sábana mortuoria
Sobre la insensata alegría de mi corazón
Dejad dormir al amor
Que la fronda de la higuera preserve su frente
Del aullido feroz de los amantes perdidos
Cuando iba por los caminos
Anclada en las piedras de tu olvido
Navegando tu ausencia sin velas y sin rumbo
Brújula pérdida en la boca del vacío
Ocurrióme de me tornar nube
Por disolución de mi materia en llanto
Amado:
Las lágrimas son ríos que apenas
Surcan nuestras mejillas y perecen
Consumidos por el calor de nuestra carne
Los hombres no somos de hielo y no estamos hechos para llorar
Y preservar la pena como un glaciar agudo
Que lo fuera matando todo a su paso
Dejad dormir al amor como mariposa
Soñando en el lecho de una gota de ambar
Y si su sueño último fuera malo
Sabed que algún día despertara con el fuego
Y que de su martirio haremos joyas
Para colgarlas del cuello de nuestros amados
Yo te esperé desnuda a la mitad del tiempo
Y te guardé los frutos maduros de mis pechos
Pero el alba vino, de año y se llegó el invierno
Perdon, no pude defender tu amor de la ventisca
No pude guardarlo de la helada y yo misma
Me dejé cubrir por la nieve
Para guardar el momento en que por tí penaba
Como un monumento fúnebre de hielo
Eso es todo.
Alas , espinas de mi horizonte gris
Desplegaste tu dolor como sábana mortuoria
Sobre la insensata alegría de mi corazón
Dejad dormir al amor
Que la fronda de la higuera preserve su frente
Del aullido feroz de los amantes perdidos
Cuando iba por los caminos
Anclada en las piedras de tu olvido
Navegando tu ausencia sin velas y sin rumbo
Brújula pérdida en la boca del vacío
Ocurrióme de me tornar nube
Por disolución de mi materia en llanto
Amado:
Las lágrimas son ríos que apenas
Surcan nuestras mejillas y perecen
Consumidos por el calor de nuestra carne
Los hombres no somos de hielo y no estamos hechos para llorar
Y preservar la pena como un glaciar agudo
Que lo fuera matando todo a su paso
Dejad dormir al amor como mariposa
Soñando en el lecho de una gota de ambar
Y si su sueño último fuera malo
Sabed que algún día despertara con el fuego
Y que de su martirio haremos joyas
Para colgarlas del cuello de nuestros amados
Yo te esperé desnuda a la mitad del tiempo
Y te guardé los frutos maduros de mis pechos
Pero el alba vino, de año y se llegó el invierno
Perdon, no pude defender tu amor de la ventisca
No pude guardarlo de la helada y yo misma
Me dejé cubrir por la nieve
Para guardar el momento en que por tí penaba
Como un monumento fúnebre de hielo
Eso es todo.
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