Geranios:
Un sol crepuscular estalla
Y en incontables gotas se desangra
Así penetra mi alma en el misterio
De las noches de Dios en el desvelo
Contemplativo de su belleza.
¿Quién ha plantado el misterio del atardecer en la punta de la verde espada?
¿Quién ha forjado la gracia con que se desnuda, impúdica en su inocencia, la flor?
Y unos centimetros más allá es ya la aurora
Que con sus rosados dedos me acaricia
Los cansados ojos donde nadan peces de ceniza
Que al sólo impulso de aquella promesa reviven
¡Ah sol, sol que recién naces a este día!
Dispensa de tus furores a los humildes geranios
¿No ves acaso que en ellos arde ya la dulce flama, del amor pues hacia Dios sus anhelos alzan?
Perfume de humilde hierba, gota de lluvia que sobre su piel resbala
Sois mi oración la más santa de todas
Porque se dice callada
Un sol crepuscular estalla
Y en incontables gotas se desangra
Así penetra mi alma en el misterio
De las noches de Dios en el desvelo
Contemplativo de su belleza.
¿Quién ha plantado el misterio del atardecer en la punta de la verde espada?
¿Quién ha forjado la gracia con que se desnuda, impúdica en su inocencia, la flor?
Y unos centimetros más allá es ya la aurora
Que con sus rosados dedos me acaricia
Los cansados ojos donde nadan peces de ceniza
Que al sólo impulso de aquella promesa reviven
¡Ah sol, sol que recién naces a este día!
Dispensa de tus furores a los humildes geranios
¿No ves acaso que en ellos arde ya la dulce flama, del amor pues hacia Dios sus anhelos alzan?
Perfume de humilde hierba, gota de lluvia que sobre su piel resbala
Sois mi oración la más santa de todas
Porque se dice callada
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