A Marissa Saavedra rosa das rosas
De una rosa se espera la eternidad del silencio
Que hasta el más delgado aliento
Podría como navaja
Desgarrar de la belleza la petrificada ausencia
Porque una rosa es más bella en tanto mayor el hueco
Que deja en el contumaz segundo
Donde estaba su presencia
Es preciso que el perfume y sólo el perfume quede
Que se destilen color, textura, espino
Para que el evanescente fruto a la luz pueda venir
Yo no se como decirlo porque a la flor la palabra ofende
Mi torpe intento , este balbuceo que me arrebata el aire
De una tarde de invierno en una ciudad sin rosas
Ella no está y sin embargo mirando la herida
Del cielo al ponerse el sol
Ese nacimiento invertido
Tal vez se pudiera explicar
Una rosa es la memoria de una rosa
Una calma que no aspira más que a saber
Que la la flor existe y eso basta
¡Ah si tal vez este es un antipoema!
¡Si mi verbo es una máquina de demolición!
Tomaré pues el instante del enamorado extásis
Destinado serlo por su pasión inalcanzable
La posesión de la rosa es una quimera
¡Míradla morir en un jarrón!
Y mirad como ya los ojos, ya las manos , ya la lengua
Se atropellan unas a otras en infructuoso intento
De desgarrar impúdicos el velo de luz
¡Bendita ceguera la que impone la rosa!
Todo es albo en esta ausencia, puro, como el acto de respirar
¡Ah si mis palabras son una profanación!
Por eso me arodillo y callo
Y poco a poco me salen raíces
Yo misma una rosa soy.
De una rosa se espera la eternidad del silencio
Que hasta el más delgado aliento
Podría como navaja
Desgarrar de la belleza la petrificada ausencia
Porque una rosa es más bella en tanto mayor el hueco
Que deja en el contumaz segundo
Donde estaba su presencia
Es preciso que el perfume y sólo el perfume quede
Que se destilen color, textura, espino
Para que el evanescente fruto a la luz pueda venir
Yo no se como decirlo porque a la flor la palabra ofende
Mi torpe intento , este balbuceo que me arrebata el aire
De una tarde de invierno en una ciudad sin rosas
Ella no está y sin embargo mirando la herida
Del cielo al ponerse el sol
Ese nacimiento invertido
Tal vez se pudiera explicar
Una rosa es la memoria de una rosa
Una calma que no aspira más que a saber
Que la la flor existe y eso basta
¡Ah si tal vez este es un antipoema!
¡Si mi verbo es una máquina de demolición!
Tomaré pues el instante del enamorado extásis
Destinado serlo por su pasión inalcanzable
La posesión de la rosa es una quimera
¡Míradla morir en un jarrón!
Y mirad como ya los ojos, ya las manos , ya la lengua
Se atropellan unas a otras en infructuoso intento
De desgarrar impúdicos el velo de luz
¡Bendita ceguera la que impone la rosa!
Todo es albo en esta ausencia, puro, como el acto de respirar
¡Ah si mis palabras son una profanación!
Por eso me arodillo y callo
Y poco a poco me salen raíces
Yo misma una rosa soy.
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