Quien viera un ave migrar en invierno
Que remonte los aires y con ella parta
Pues para un alma ser libre, de la tierra
Los mundanos placeres ni las glorias bastan
No quiero la sombra del tiempo
Planeando como tormentosa nube
Sobre el brillo inmortal de mi consciencia
Quiero trascender en la partida
Fugarme siempre hacia más lejanos horizontes
Romper la pared de espejos para encontrar
Tras el temor del vacio los otros rostros
Y no ha de quedar de mi rastro alguno
Que despoje a mi adiós de su aboluto
Me perderé para siempre en el eco de un himno
A lo que sólo puede fructificar en la locura
Y puesto que de loca llevo ya el nombre
¿Qué más me da?
Me gusta escribir caligrafía en las nubes
Versos en el agua, cantares en el viento
Tiempo al tiempo y habrá de venir
A mi alma triste el fruto maduro
De la sublime melancolía y sólo entonces
Hallará su fin la errancia mía