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Yo soñé con un ave que devoraba al mundo Y un silencio hecho de luz Anidando en su garganta Y mientras andaba un valle sin sombras, mudo Bajo mis pies desnudos La semilla daba a luz a la inviolable planta De cristal de roca es el follaje Y de diamente tiene , el ardiente corazón Por sus cuatro orillas sangra Miel y leche el corazón Y no era el terrenal paraíso Lo que mis ojos miraban Sino el recuerdo tuyo Grabado entre mis costillas En maternal esplendor Tomaste sustancia informe De maíz y barro rojo Para ponerle mi cara Y regalarle tu aliento Soy hija de todo aquello Que se alimenta del suelo Y no floración celeste De lejanía engañosa Como mazorca madura Pasado el tiempo de las lluvias Solita me iré agostando Sin fuego y tranquilamente Renaceré de entre el polvo Y sin que nadie lo note Erguiré yo poco a poco La celestial calavera La que es pájaro serpiente. ¡Ay que risa que yo tengo! Mi esqueleto se desarma Y derrama su simiente.

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